sábado, 28 de mayo de 2016

Dos “cracks” de la economía clásica I

Jean Baptiste Say
La economía clásica es una escuela de pensamiento económico considerada por muchos como la primera escuela económica moderna. El término “economía clásica” fue acuñado por Marx para referirse a la economía ricardiana pero su uso se generalizó para describir también tanto a los seguidores de Ricardo como a todos los influidos por las percepciones generales de esos autores.

Adam Smith:  (1723-1790) economista y filósofo escocés que desarrolló teorías de los sentimientos en su libro La Teoría de los Sentimientos Morales publicado en 1759: los individuos se mueven por el interés individual y el amor propio. Fundador de la economía como ciencia, Smith escribió el libro La riqueza de las naciones, considerado el primer tratado sobre economía política y texto fundacional de la economía clásica. Entre sus aportes destaca la diferenciación entre precio y valor de uso de los bienes. Consideró que la natural tendencia del hombre a enriquecerse es beneficiosa para el conjunto de la sociedad, que la división del trabajo y la especialización traen crecimiento en la producción. Su concepto de la mano invisible postula que el crecimiento y el desarrollo son procesos naturales provenientes de la ambición del hombre por enriquecerse. Defensor del “laissez faire”, pensaba que el Estado no debería intervenir; cuanto más libre sea la competencia, mejor para el conjunto de la sociedad. Smith aplica un papel al Estado en la defensa y la justicia y en la financiación de obras e instituciones públicas que no se llevan a cabo por los individuos.

Jean-Baptiste Say: (1767-1832)  economista francés y admirador de la obra de Adam Smith. Say ganó reconocimiento en toda Europa con su Tratado de Economía Política publicado en 1803. El trabajo no fue bien recibido por Napoleón Bonaparte que le pidió que reescribiese partes de la obra para resaltar la economía de guerra basada en el proteccionismo y la regulación. Say retoma muchas de las ideas de sus predecesores franceses y de Adam Smith, sistematizándolas en dicho tratado que incluye numerosas contribuciones originales. La célebre Ley de los Mercados (loi des débouchés), que formuló como que: "los productos, en última instancia se intercambian por otros productos" (Catéchisme d'économie politique) es su contribución más famosa. Bautizada posteriormente como Ley de Say, constituye un elemento central de la economía clásica. Su esencia es que, antes de poder demandar bienes hay que haber producido otros bienes para intercambiarlos por los bienes deseados (lo que implica una relación causa-efecto de la oferta hacia la demanda), y su corolario es que no pueden existir períodos prolongados de sobreproducción y subconsumo si el mercado no sufre interferencias. Las contracciones de la actividad productiva se deberán entonces, o bien a perturbaciones como las malas cosechas o las guerras, o a medidas de los gobiernos que influyan negativamente en la actividad económica, como subidas en los aranceles. Thomas Malthus y Sismondi, luego reivindicados por Keynes, rechazaron la ley argumentando la posibilidad de atesoramiento, que podría conducir al subconsumo. Say y otros clásicos respondieron aseverando que el atesoramiento era un fenómeno de importancia marginal.

Fuentes:
  • Wikipedia
  • Jean-Claude Derouin : Les grands économistes, 2006, PUF  

No hay comentarios:

Publicar un comentario