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Jean Baptiste Say |
La economía clásica es una
escuela de pensamiento económico considerada por muchos como la
primera escuela económica moderna. El término “economía
clásica” fue acuñado por Marx para referirse a la economía
ricardiana pero su uso se generalizó para describir también tanto a
los seguidores de Ricardo como a todos los influidos por las
percepciones generales de esos autores.
Adam Smith:
(1723-1790) economista y filósofo escocés que
desarrolló teorías de los sentimientos en su libro La
Teoría de los Sentimientos Morales publicado en 1759: los
individuos se mueven por el interés individual y el amor propio.
Fundador de la economía como ciencia, Smith escribió el libro La
riqueza de las naciones, considerado el primer tratado sobre
economía política y texto fundacional de la economía clásica.
Entre sus aportes destaca la diferenciación entre precio y valor de
uso de los bienes. Consideró que la natural tendencia del hombre a
enriquecerse es beneficiosa para el conjunto de la sociedad, que la
división del trabajo y la especialización traen crecimiento en la
producción. Su concepto de la mano invisible postula que el
crecimiento y el desarrollo son procesos naturales provenientes de la
ambición del hombre por enriquecerse. Defensor del “laissez
faire”, pensaba que el Estado no debería intervenir; cuanto más
libre sea la competencia, mejor para el conjunto de la sociedad.
Smith aplica un papel al Estado en la defensa y la justicia y en la
financiación de obras e instituciones públicas que no se llevan a
cabo por los individuos.
Jean-Baptiste Say: (1767-1832)
economista francés y admirador de la obra de Adam
Smith. Say ganó reconocimiento en toda Europa con su Tratado
de Economía Política publicado en 1803. El trabajo no fue bien
recibido por Napoleón Bonaparte que le pidió que reescribiese
partes de la obra para resaltar la economía de guerra basada en el
proteccionismo y la regulación. Say retoma muchas de las ideas de
sus predecesores franceses y de Adam Smith, sistematizándolas
en dicho tratado que incluye numerosas contribuciones originales. La
célebre Ley de los Mercados (loi des débouchés), que
formuló como que: "los productos, en última instancia se
intercambian por otros productos" (Catéchisme d'économie
politique) es su contribución más famosa. Bautizada posteriormente
como Ley de Say, constituye un elemento central de la economía
clásica. Su esencia es que, antes de poder demandar bienes hay que
haber producido otros bienes para intercambiarlos por los bienes
deseados (lo que implica una relación causa-efecto de la oferta
hacia la demanda), y su corolario es que no pueden existir períodos
prolongados de sobreproducción y subconsumo si el mercado
no sufre interferencias. Las contracciones de la actividad productiva
se deberán entonces, o bien a perturbaciones como las malas cosechas
o las guerras, o a medidas de los gobiernos que influyan
negativamente en la actividad económica, como subidas en los
aranceles. Thomas Malthus y Sismondi, luego
reivindicados por Keynes, rechazaron la ley argumentando la
posibilidad de atesoramiento, que podría conducir al
subconsumo. Say y otros clásicos respondieron aseverando que el
atesoramiento era un fenómeno de importancia marginal.
Fuentes:
- Wikipedia
- Jean-Claude Derouin : Les grands économistes, 2006, PUF
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